La Única fuente  parte 2

21/07/2023

La Santa Biblia, traída por Dios a la tierra a través de su pueblo Israel, con todos sus 66 libros, 39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento, es la única fuente confiable acerca de la voluntad de Dios para el hombre, porque es el único libro sobre la tierra íntegramente inspirado por el Espíritu Santo de Dios. Por lo tanto, todos los temas tratados en sus diversos textos y contextos, están completamente revestidos del sagrado carácter de inerrancia.

3. El apóstol Pedro, por su parte, afirma que sólo por el conocimiento de la Palabra escrita de Dios, puede un ser humano renacer espiritualmente, porque ella es incorruptible y nunca pierde vigencia: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:23-25). Luego, el mismo apóstol Pedro enuncia la razón por la cual la Palabra del Señor permanece para siempre: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21).

4 . El apóstol Pablo, por su parte, afirma que la única manera de llegar a ser una persona que agrade a Dios y que él considere digna de ser bendecida, o que pretenda mejorar y superarse para ser en verdad útil y feliz en este mundo, lo único que tiene que hacer es llegar a conocer muy bien las Sagradas Escrituras de Dios, y vivir de acuerdo a ellas. Él dice: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16, 17). Remarquemos: “Todo lo que está escrito”; tanto el Antiguo Testamento, como el Nuevo Testamento.