1. Escuchar música cristiana (1 Samuel 16:23).

2. Hacer suficiente ejercicio físico. Lo ideal sería tres veces por semana.

3. Dormir lo suficiente (Salmo 127:2). La mayoría necesitamos ocho horas de sueño por noche.

4. Hacer todo lo posible por resolver el temor o problema causante de la ansiedad. Examinar distintas alternativas o posibles soluciones y probar una.

5. Hablar con un amigo de conifianza por lo menos una vez por semana sobre nuestras frustraciones.

6. Tener suficientes actividades recreativas – idealmente dos o tres veces por semana.

7. Vivir un día a la vez (Mateo 6:34). Es probable que el 98 por ciento de las cosas por las cuales sentimos ansiedad o preocupación nunca sucederán. Aprender a vivir un día a la vez es un arte que puede ser cultivado.

8. Imaginarse lo peor que podría pasar. Luego considerar por qué eso, después de todo, no sería tan malo.

9. No aplazar lo que uno tiene que hacer. Demorar lo que tenemos que hacer causa más ansiedad.