El pensamiento de Dios
Lectura semanal
«Así que la fe es por el oír, y el oir, por la palabra de Dios». Romanos 10:17
Acerca del Espiritu Santo
02/05/2025
Su naturaleza
Sustento sagrado
El Espíritu Santo es una persona; no una fuerza impersonal, porque tiene intelecto: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros…» (Hechos 15:28); Y, “…Así también, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11). El Espíritu de Dios, pues, es el único que conoce todas las cosas de Dios.
El Espíritu Santo es una persona, porque tiene sentimientos y emociones, y por tanto se le puede contristar por el pecado: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca… Y no contristéis al Espíritu Santo” (Efesios 4:29a, 30a). El Espíritu Santo es un intercesor muy sentido: “El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26).
El Espíritu Santo es una persona con voluntad propia, y por tanto es capaz de tomar decisiones de manera autónoma: “Dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hechos 13:2). El Espíritu Santo reparte dones con absoluta autonomía: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:11).
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