El pensamiento de Dios
Lectura semanal
«Así que la fe es por el oír, y el oir, por la palabra de Dios». Romanos 10:17
Acerca del Espíritu Santo
18/07/2025
SU PRESENTACIÓN ADMIRABLE
Toda la sana doctrina acerca del Espíritu Santo, la expuso el mismo Señor Jesucristo en la primera parte de Su grandioso discurso “Del aposento alto”, poco antes de ser aprehendido para ser sacrificado en la cruz.
Sustento sagrado:
En su discurso de despedida, en el aposento alto, el Señor Jesucristo presentó al Espíritu Santo en toda Su dimensión, mediante 10 afirmaciones fundamentales y determinantes contenidas en siete versículos muy precisos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos; Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:14-17). “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas, y os recordará todo lo yo os he dicho” (Juan 14:26). “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio” (Juan 15:26, 27).
Observemos con detenimiento cada una de las afirmaciones que hace Jesús en este texto, acerca del Espíritu Santo:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos”. La única demostración válida del amor hacia Jesús, y por tanto, de verdadera conversión a Su señorío y salvación, es la obediencia a la voluntad de Jesús expresada en Su palabra escrita. Solo por la obediencia a la voluntad escritural de Jesús, el creyente cristiano puede llegar a experimentar y disfrutar de la maravillosa “manifestación” del sobrenatural Espíritu Santo: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo le amaré y manifestaré a él. El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:21, 23). “Y Pedro y los apóstoles dijeron: Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hechos 5:32). Y Jesús reclama: “Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo os digo?» (Lucas 6:46). La obediencia, pues, es la roca sobre la cual se edifica una vida en el Espíritu, segura y bien fundamentada (Lucas 6:46-48).
¿En busca de un recordatorio diario?