Armonía conyugal
Lectura Semanal
«Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo«. Mateo 19:4
El diseño de Dios
21/08/2025
Entonces, y de acuerdo al diseño del divino Creador, ¿Cuáles son las características sobresa-lientes y las funciones propias de: el varón–cabeza en la familia humana? De acuerdo al diseño y creación original de Dios, descritos en Génesis 2: 15-22, el varón es el llamado y dotado para ejercer las cuatro funciones determinantes en esta tierra del Señor:
1. Dominar y explotar la tierra (v. 15). Por lo tanto, es el responsable, según el Creador, de crear empresa y riqueza. De hecho, posee la estructura física, síquica y mental suficiente, para enfrentar todos los 365 días de todos los años y sin falta, los obstáculos que de toda índole le pueda plantear la naturaleza, como la historia lo registra fielmente. Por ello, por ejemplo, es el varón quien ha creado, desarrollado e implementado todas las 26 ingenierías que controlan todo el sistema de vida física y económica mundial;
2. Trazar, emitir y pregonar todos los lineamientos teológicos de la fe y de la relación espiritual con su Creador (vs. 16,17). Porque en estos dos versículos Dios habla por primera vez a un ser humano, dándole a conocer directamente al primer varón Sus incomparables características personales, y revelándose a él con Su descomunal capacidad creativa, Su portentosa generosidad, Su maravillosa misericordia, Su admirable santidad, Su determinante carácter legal, y Su temible justicia. De hecho, toda la Sagrada Escritura fue escrita con base en lo que Dios le habló solo a varones, o sólo a través de varones; e históricamente el varón ha sido el gestor de todas las religiones, acertadas o desacertadas, bajo las cuales se acogen todos los seres humanos, inclusive todas las llamadas denominaciones cristianas;
3. Investigar, descubrir y generar el conocimiento científico humano (vs. 19,20). Porque la asignación de un nombre a alguien o a algo, constituye el primer ejercicio práctico de conocimiento y autoridad. De hecho, lo primero que se hace en el quehacer científico es asignarle un nombre científico a todos los elementos de la naturaleza y a todos sus diversos fenómenos que la manifiestan. Y Dios le encomendó este quehacer científico al varón, entregándole la misión de asignarle un nombre a todos los seres vivos que existen sobre la tierra. Como ejemplo de esta realidad, debemos recordar aquí que el nombre autoritativo de Jesús no fue asignado por humano alguno, sino directamente por el Padre nuestro que está en los cielos (Mateo 1:20,21; Lucas 1:28,31). Porque el ángel le dijo tanto a José como a María: “Y se llamará Jesús”.
No es fortuito entonces que el varón, a quien Dios le encomendó ponerle nombre a todo lo viviente, haya sido el descubridor de todas las leyes mentales, sociológicas y sicológicas que rigen la vida del hombre sobre la tierra, trazándoles definitivas descripciones, y asignándoles los nombres correspondientes y determinantes. Así pues, el nombre revela y contiene todo lo que algo es o no es, en su más intrínseca condición. “No tomarás en vano el nombre de Jehová tu Dios” (Éxodo 20:7); y, “se le dio un nombre, que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra” (Filipenses 2:9,10). Y, finalmente;
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