El pensamiento de Dios
Lectura semanal
«Así que la fe es por el oír, y el oir, por la palabra de Dios». Romanos 10:17
Acerca del Espíritu Santo
08/11/2025
SU PRESENCIA EVIDENTE
Sustento sagrado:
y una especial satisfacción por adorar, fraternizar y ser formado en el seno de la iglesia cristiana, como cuerpo de Cristo que es, y como medio en el cual el Espíritu Santo se mueve con autoridad: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas humanas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4). “¿Qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (2 Corintios 6:16). “En Jesucristo, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo del Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:21, 22). “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:1-4).
5.7.5 El Espíritu Santo inclina el corazón del creyente hacia la obediencia a la voluntad del Señor expresada en Su santa Palabra. De hecho, el verdaderamente convertido quiere ser siempre mejor. “El que guarda los mandamientos de Dios, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (Nos ha dado Su Espíritu que es Santo) (1 Juan 3:24). “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:15-17a, 21).
5.7.5 El Espíritu Santo inclina el corazón del creyente hacia la obediencia a la voluntad del Señor expresada en Su santa Palabra. De hecho, el verdaderamente convertido quiere ser siempre mejor. “El que guarda los mandamientos de Dios, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (Nos ha dado Su Espíritu que es Santo) (1 Juan 3:24). “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:15-17a, 21).
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